En 1.991 ingresé en B.U.P. en el colegio Sagrada Familia de Horta (SAFA para los amigos). Desde entonces y hasta 2.009, en que fiché por Suzuki, siempre me he desplazado en autobús, bien para ir al instituto, a la facultad o a trabajar. Tomando como referencia que el número de días anuales de actividad laboral/estudiantil pudiera ser de 230 y que el número de viajes diarios nunca fue inferior a dos, he realizado 8.280 trayectos en autobús en hora punta a lo largo de mi vida con una duración media de 30 minutos. Realizando sesudas cuentas, no al alcance de cualquiera (si por cualquiera entendemos un alumno de la LOGSE), concluyo que esto supone 172 días y medio metido en un autobús. Medio año en un autobús. Los Planetas, con una semana, hicieron un disco. Yo, que tengo algo menos de talento pero soy toda una eminencia en la materia, me conformaré con una somera y poco circunspecta reflexión. Nunca tuve afán de protagonismo.
Bien, una vez justificada la ausencia de bibliografía, pues mi universidad siempre ha sido el barrio y nunca me gustó leer en demasía, pasaremos a clasificar las especies más significativas de lo que viene a ser un trayecto medio en autobús en Barcelona:
- Abuela Pioneer (Dolby Surroundis Abuelus): Su hábitat natural es un asiento del tercio trasero del autobús. La reconoceremos principalmente por un volumen extremo en conversaciones que entabla con su anonadada presa, habitualmente de similar edad y de sexo contrario, que suele ser del género Pacientis Job. El usuario Pacientis Job,
comúnmente llamado Pepe, se caracteriza por poseer fuertes brazos, adquiridos por sostener a pulso varias bolsas de la compra en los trayectos y la mirada triste perdida en la mitad delantera del autobús. Los pocos versados, caen en el error de considerar al Dolby Surroundis Abuelus una especie poco evolucionada en la gesticulación. Esto no es así. La teórica incapacidad para acompañar su verbo con gestos, viene dada por su obsesión de asir con ambas manos un bolso de seis kilos en su regazo mientras teoriza sobre la receta del pollo al chilindrón.
comúnmente llamado Pepe, se caracteriza por poseer fuertes brazos, adquiridos por sostener a pulso varias bolsas de la compra en los trayectos y la mirada triste perdida en la mitad delantera del autobús. Los pocos versados, caen en el error de considerar al Dolby Surroundis Abuelus una especie poco evolucionada en la gesticulación. Esto no es así. La teórica incapacidad para acompañar su verbo con gestos, viene dada por su obsesión de asir con ambas manos un bolso de seis kilos en su regazo mientras teoriza sobre la receta del pollo al chilindrón.
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Abuela tapón (Maiusculus Panderis): Se encuentra impasible indefectiblemente en el cuarto delantero del autobús. Se caracteriza por anchas caderas que impiden el paso del resto de pasajeros al cuarto trasero del vehículo. Suelen ser menudas y pueden, por ello, resultar imperceptibles. El avezado etólogo del transporte público, aún sin mantener contacto visual directo con las mismas, no dudará de su presencia, pues podrá comprobar que la densidad del pasaje es cuatro veces superior en el cuarto delantero del vehículo con respecto a los tres cuartos traseros. Especialmente peligrosa es la abuela tapón que se ase de la barra en la que se encuentra la máquina de validar los billetes, obstruyendo con su antebrazo la ranura de la misma. Se cree que un crecimiento incontrolado de abuelas tapón fue la principal causa del “crack del 29”.
Abuela tapón (Maiusculus Panderis): Se encuentra impasible indefectiblemente en el cuarto delantero del autobús. Se caracteriza por anchas caderas que impiden el paso del resto de pasajeros al cuarto trasero del vehículo. Suelen ser menudas y pueden, por ello, resultar imperceptibles. El avezado etólogo del transporte público, aún sin mantener contacto visual directo con las mismas, no dudará de su presencia, pues podrá comprobar que la densidad del pasaje es cuatro veces superior en el cuarto delantero del vehículo con respecto a los tres cuartos traseros. Especialmente peligrosa es la abuela tapón que se ase de la barra en la que se encuentra la máquina de validar los billetes, obstruyendo con su antebrazo la ranura de la misma. Se cree que un crecimiento incontrolado de abuelas tapón fue la principal causa del “crack del 29”.
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Estudiante de secundaria (Empanantum Pubertis): Su edad media es de 16 años. De complexión frágil, pese a su apariencia inofensiva, puede resultar letal. Ataviado con zapatillas deportivas tres números superiores a su talla real y provisto de una mochila que casi duplica su peso y multiplica por cinco el diámetro de su torso, permanecen en estado catatónico gran parte del trayecto. Al despertar de su letargo, habitúan a girar de 90 a 120 grados sobre si mismos buscando un estímulo que los científicos a día de hoy no se atreven a concretar, pero pudiera ser una joven de pechos voluminosos y preferiblemente rubia, pudiendo llegar a provocar fracturas intercostales en el pasaje por el impacto de la mochila, en el interior de la cual se cree, alojan un yunque, en integrantes al azar del anodino pasaje. Especialmente dañinos son aquellos que ornamentan dichas mochilas con pins de Tokyo Hotel y Katy Perry.
Estudiante de secundaria (Empanantum Pubertis): Su edad media es de 16 años. De complexión frágil, pese a su apariencia inofensiva, puede resultar letal. Ataviado con zapatillas deportivas tres números superiores a su talla real y provisto de una mochila que casi duplica su peso y multiplica por cinco el diámetro de su torso, permanecen en estado catatónico gran parte del trayecto. Al despertar de su letargo, habitúan a girar de 90 a 120 grados sobre si mismos buscando un estímulo que los científicos a día de hoy no se atreven a concretar, pero pudiera ser una joven de pechos voluminosos y preferiblemente rubia, pudiendo llegar a provocar fracturas intercostales en el pasaje por el impacto de la mochila, en el interior de la cual se cree, alojan un yunque, en integrantes al azar del anodino pasaje. Especialmente dañinos son aquellos que ornamentan dichas mochilas con pins de Tokyo Hotel y Katy Perry.
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Señora lince (Otearodis Molinillium): Las podemos encontrar en la parte central del vehículo. En actitud inquieta, estiran su cuello, alzan el mentón manteniendo la boca ligeramente entreabierta y otean el vehículo en todas direcciones en busca de un asiento libre. Cuando dan con él, su hipocampo produce cantidades industriales de serotonina y la médula suprarrenal, un torrente de adrenalina, por efecto de la cual adquieren la capacidad de girar sus brazos en forma de aspa a una velocidad supersónica mientras corren como alma que lleva el diablo en dirección al asiento desprovisto de ocupante. Una vez conseguido su propósito, sus constantes vitales vuelven a la normalidad y su metabolismo a un estado de reposo, que vuelve a verse alterado nuevamente solo cuando llegan a su parada, cuando justamente diez segundos antes de que el conductor frene, repiten el proceso impactando repetidas veces en el pasaje al grito en bucle de “perdón es mi parada, perdón es mi parada”. En el video que sigue, podemos observar la recreación del comportamiento anteriormente descrito, para la que hemos contado con la inestimable colaboración del ex-centro delantero Ronaldo Nazario da Lima.
Una vez fuera del autobús, son seres adorables y llegan a ser confundidos con ejemplares de Aguinaldis Abuelensis.
Señora lince (Otearodis Molinillium): Las podemos encontrar en la parte central del vehículo. En actitud inquieta, estiran su cuello, alzan el mentón manteniendo la boca ligeramente entreabierta y otean el vehículo en todas direcciones en busca de un asiento libre. Cuando dan con él, su hipocampo produce cantidades industriales de serotonina y la médula suprarrenal, un torrente de adrenalina, por efecto de la cual adquieren la capacidad de girar sus brazos en forma de aspa a una velocidad supersónica mientras corren como alma que lleva el diablo en dirección al asiento desprovisto de ocupante. Una vez conseguido su propósito, sus constantes vitales vuelven a la normalidad y su metabolismo a un estado de reposo, que vuelve a verse alterado nuevamente solo cuando llegan a su parada, cuando justamente diez segundos antes de que el conductor frene, repiten el proceso impactando repetidas veces en el pasaje al grito en bucle de “perdón es mi parada, perdón es mi parada”. En el video que sigue, podemos observar la recreación del comportamiento anteriormente descrito, para la que hemos contado con la inestimable colaboración del ex-centro delantero Ronaldo Nazario da Lima.
Una vez fuera del autobús, son seres adorables y llegan a ser confundidos con ejemplares de Aguinaldis Abuelensis.
- Amiguete del conductor (Colleguis colleguis): Cinco años más joven que el Oteadoris Molinillium. Huelga decir que lo encontraremos en la puerta de entrada del autobús, justo debajo del cartel que reza “No distraigan al conductor”, obstaculizando la entrada de los pasajeros ante la mirada impasible de su amigo. Se caracteriza por un atuendo que consta de camisa a rayas, pantalones de tela de color verde grisáceo ornamentado con un cinturón de mercadillo y zapatos mocasines. Poseen una frondosa mata de pelo que dejan crecer en el espacio situado entre la nariz y el labio superior, llamada bigote, que dibuja una sonrisa perpetua y que tiene la capacidad de sacar de los nervios al pasajero medio. Dicha mata de
pelo (o bigote), suele ser amarillenta en la parte inferior por los efectos del Fortuna. Fuera de su hábitat natural, podemos encontrarlo en El Rincón Extremeño, degustando una copa de anís con su amigo Pacientis Job, que es un desgraciado y no se libra de una.
pelo (o bigote), suele ser amarillenta en la parte inferior por los efectos del Fortuna. Fuera de su hábitat natural, podemos encontrarlo en El Rincón Extremeño, degustando una copa de anís con su amigo Pacientis Job, que es un desgraciado y no se libra de una.
- Señor encorbatado con maletín (Andros Executivus): De edad media, mide entre 1.82 y 1.87 cm de altura. Pasa desapercibido para el usuario puntual del autobús, pero no para expertos etólogos como yo. Una sesuda observación de su comportamiento nos permite concluir que, el público, no es su medio de transporte preferido, pues mira por encima del hombro al resto del pasaje y su gesto es agrio. Suele ser una especie que gusta de aparentar y estudios científicos sitúan el origen de su escala evolutiva en una rama que se separó del pavo real común, al adquirir la habilidad de perfumarse con Andros en la Edad del Cobre, antes de que el creador de Andros, más conocido como Bertín Osborne, fuera engendrado. Desde entonces, su predilección por esta colonia infernal, solo ha hecho que
aumentar. Trayectos largos a su vera, junto al insano vicio de fumar han sido los culpables de la atrofia de mi pituitaria y es por eso que les odio profundamente, pero no más que a Bertín Osborne, pues me considero persona justa y cabal. Cuando el Empanantum Pubertis alcanza los cuarenta años se transforma en Andros Executivus. Sigue calzando tres números más que su talla y cambia su mochila a rebosar de revistas porno y un yunque por un maletín vacío. Totalmente inofensivo, el gesto de la desgracia que refleja su cara, viene dado porque la empresa no le paga un puto parking pese a ser merecedor del mismo, pues hace más horas que un reloj. Ese es el motivo por el que lo encontraremos de manera recurrente en los viajes de ida, y en contadas ocasiones en los viajes de vuelta, coincidiendo con el cumpleaños de su mujer y portando en la mano con la que no ase el maletín un ramo de flores.
aumentar. Trayectos largos a su vera, junto al insano vicio de fumar han sido los culpables de la atrofia de mi pituitaria y es por eso que les odio profundamente, pero no más que a Bertín Osborne, pues me considero persona justa y cabal. Cuando el Empanantum Pubertis alcanza los cuarenta años se transforma en Andros Executivus. Sigue calzando tres números más que su talla y cambia su mochila a rebosar de revistas porno y un yunque por un maletín vacío. Totalmente inofensivo, el gesto de la desgracia que refleja su cara, viene dado porque la empresa no le paga un puto parking pese a ser merecedor del mismo, pues hace más horas que un reloj. Ese es el motivo por el que lo encontraremos de manera recurrente en los viajes de ida, y en contadas ocasiones en los viajes de vuelta, coincidiendo con el cumpleaños de su mujer y portando en la mano con la que no ase el maletín un ramo de flores.
Me dejo muchas especies en el tintero, pero viendo que la entrada está adquiriendo dimensiones épicas, no me queda otra opción que bajar el arco, dejarlo aquí y despedirme hasta otra.
Un saludete a tod@s.
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